«Lo más importante en comunicación es escuchar lo que no se dice«.
La frase, brillante, lleva la firma de Peter Drucker, considerado el «padre del management«, el pensador más influyente en este campo. Nos dejó en 2005, pero conservamos el legado de sus ideas, recopiladas en más de 25 libros.
Uno de sus últimos trabajos, publicado en 2004 por Harper Business, The Daily Drucker, consiste precisamente en un compendio de sus teorías, como sintetiza a la perfección el subtítulo de la obra, que podría traducirse por «366 días de perspicacia y motivación para hacer las cosas correctas».
A modo de última gran contribución, Drucker condensó toda su visión privilegiada en una suerte de guía para el día a día que todavía hoy, tres lustros después, revela esa capacidad solo al alcance de los genios: adelantarse a su tiempo.
Así, como destaca el profesor Santiago Román, en su blog de la OBS Business School, Drucker anticipó el papel crucial de la información en el management cuando términos como «Big Data» aún no eran del dominio público.
De las ideas que expone Drucker «se derivan muchas otras como es la gestión del talento, la necesidad de dotar de autonomía a estos trabajadores del conocimiento, y en su penúltima derivada las construcciones de nuevas estructuras organizativas en red, donde el talento reside fuera de las fronteras corporativas para estructurarse en forma de proyectos alrededor de ideas», escribe Román.
Hablamos de conceptos, como el de «desaprender para volver aprender», plenamente vigentes. Con la impresionante particularidad de que Drucker los identificó antes que nadie. Ahí reside su brillantez.